Cómo mantener los dientes limpios y sanos. Clínica Dental en Oviedo
La higiene dental es vital para mantener los dientes y encías sanos, pero, por desgracia, no muchas personas siguen los mejores hábitos de higiene bucal. El resultado es un sinfín de problemas dentales que se agravan si no son tratados adecuadamente por un dentista cualificado. En este artículo vamos a comentar consejos útiles sobre cómo mantener los dientes limpios y sanos desde pequeños hasta la edad adulta.
Cómo mantener los dientes limpios y sanos
1. Cepíllate dos veces al día
Existen más de 500 variedades de bacterias viviendo dentro de la boca. Algunas son beneficiosas y otras son perjudiciales. Las bacterias producen ácido, lo que ayuda a desarrollar la placa, que causa la enfermedad de las encías cuando se añade a los restos de comida y otros componentes. Cepillarse dos veces al día es el estándar de oro de la higiene bucal. Las bacterias de la boca se alimentan continuamente de la placa, y el cepillado interrumpe estas bacterias para que no se colonicen en la boca. Por eso es muy recomendable cepillarse después de las comidas para poder evitar que la placa se llegue a depositar en los dientes y erosione el esmalte. Algunas personas dan prioridad a la higiene bucal por la mañana, cuando van al trabajo o a estudiar, y la descuidan a la hora de acostarse, seguramente por agotamiento. Limpiar los dientes antes de acostarse es esencial para eliminar la suciedad y la placa que se acumula a lo largo del día. Esta práctica también previene las caries y las enfermedades de las encías, especialmente en el caso de las personas propensas a las caries y a las infecciones de las encías. Ten en cuenta que cepillarse los dientes un rato antes de acostarse es incluso mejor, ya que da más tiempo al flúor de la pasta de dientes para fortalecerlos. Sin embargo, limpiarse justo después de cenar erosiona el esmalte, que ya ha sido ablandado por los ácidos durante la comida. Por lo tanto, espera al menos treinta minutos después de cenar antes de cepillarte los dientes y no comas bocadillos, ya que están cargados de carbohidratos y las bacterias se alimentan de ellos.
2. Usa pasta de dientes con flúor
Cepillarse dos veces al día para cumplir el mandato no es suficiente para hacer el trabajo. Debes usar un cepillo de dientes de cerdas suaves y, preferiblemente, una pasta dentífrica con flúor recomendada por un dentista cualificado. El flúor procede del flúor, que es un elemento de la tierra. Además de encontrarse de manera natural en la corteza terrestre, el flúor está presente en los sistemas de agua dulce, en los animales y en plantas populares como las espinacas. El esmalte de los dientes absorbe el flúor, donde comienza la remineralización, un proceso de reparación de los dientes mediante la reposición de calcio y fósforo. El flúor va más allá de blanquear los dientes y tener un gran sabor, ya que mantiene a raya las bacterias dañinas y proporciona una barrera protectora para los dientes. Sus propiedades antibacterianas han hecho que el flúor sea un ingrediente principal de la pasta de dientes y el enjuague bucal desde hace décadas.
3. Cepíllate adecuadamente
Conocer la técnica correcta de cepillado y uso del hilo dental también es necesario para evitar dañar las encías, ya que eso generaría más problemas. Se recomienda cepillar durante dos o tres minutos para asegurarse de prestar a cada diente la atención que necesita. Si tus hijos son relativamente nuevos en la higiene bucal, debes supervisar esta tarea. Los niños más testarudos pueden limitarse a mojar el cepillo de dientes o acepillar sólo los dientes delantero.
- Coloca el cepillo de dientes en un ángulo de 45º paralelo a la línea de las encías y luego muévelo hacia delante y detrás para cada diente. Repite este movimiento de vaivén mientras cepillas la superficie interior de cada diente.
- Limpia la superficie superior de cada diente, incluidos los molares posteriores.
- Cepilla detrás de cada diente con la punta del cepillo. Prueba a realizar movimientos de arriba a abajo y de delante a atrás.
- Limpia bien al lengua para eliminar las bacterias y evitar el mal olor.
4. No te olvides del hilo dental
Existe la preocupación de que el hilo dental no aporta beneficios a la salud bucodental. Sin embargo, la Asociación Dental Americana afirma que los resultados de sus investigaciones no descartan la eficacia del hilo dental, por lo que la población no debería descuidar su uso. Esta práctica debe ir acompañada de una limpieza dental profesional, un cepillado en casa y el uso de cepillos interdentales para eliminar la placa. Puede que el uso del hilo dental no llame la atención, pero esta práctica es igual de crucial que el cepillado para mantenerlo dientes y encías sanos. El hilo dental ayuda a eliminar las partículas de comida que quedan entre los dientes en las zonas a las que no llega el cepillo. Si se hace con frecuencia, el hilo dental evita que la placa se acumule en estos espacios ocultos y mejora el aspecto de los dientes.
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