Clínica dental Oviedo
Los mucoceles son cavidades rellenas de moco que producen lesiones de carácter exofítico, que se originan normalmente en las glándulas salivales menores (de contenido predominantemente mucoso) y que se localizan con mucha frecuencia en la mucosa oral. Según su origen, pueden ser de dos tipos: mucoceles de retención y mucoceles de extravasación, siendo estos últimos los más frecuentes.
Los mucoceles por extravasación se producen por la ruptura del conducto excretor de la glándula salival menor, normalmente como consecuencia de algún traumatismo. Casi siempre son mordeduras accidentales sobre el labio, lo que provoca la rotura del conducto excretor de la glándula y la salida del contenido mucoso de la misma a los tejidos blandos circundantes. En realidad, provoca pseudoquistes, cavidades que no están delimitadas por epitelio.
El ciclo típico de estas lesiones es recurrente: se forma tras un traumatismo sobre la zona, permanece varias semanas aumentando ligeramente su tamaño hasta que vuelva a traumatizarse, se vacía el contenido y, al cabo de un tiempo, la saliva mucosa acumulada vuelve a formar la lesión.
Los mucoceles de retención, más raros, se producen como consecuencia de una obstrucción al drenaje de la saliva (cálculo, espesamiento del moco, etc.), lo que provoca una dilatación retrógrada del conducto y de la glándula. Desarrollan una cavidad delimitada por epitelio. Son más frecuentes en adultos y pueden aparecer en el conducto excretor de las glándulas salivales mayores.
La localización más frecuente es el labio inferior, generalmente a los lados de la línea media. Con menos frecuencia aparecen en la mucosa yugal, la cara ventral de la lengua, el paladar blando, la zona retromolar y el suelo de la boca, donde pueden resultar mucho más grandes y reciben el nombre de ránulas. En el labio superior son excepcionales.
Son mucho más comunes en la infancia y en la juventud. Pueden ser de un color similar al de la mucosa circundante o en ocasiones de un tono azulado oscuro, por la compresión de vasos situados superficialmente a la lesión. Normalmente, son asintomáticos y tan sólo pueden llegar a molestar por la sensación de cuerpo extraño.